Izquierda: Albert Einstein en Argentina. Fray Mocho (Nr. 675). 31 de marzo de 1925. Fuente: Ibero-Amerikanisches Institut - Preußischer Kulturbesitz. Derecha: Lámina III de la obra Genera et Species Plantarum Argentinarum reproducida por el litógrafo alemán Guillermo Kraft. En Guillermo Kraft en su 80 aniversario 1864-1944, Kraft, 1944.
Los científicos alemanes y la formación del sistema científico argentino
Durante el último tercio del siglo XIX, el Estado argentino alentó la ciencia y la educación como estrategias fundacionales para el progreso de la nación. Para esto se promocionó el arribo de científicos alemanes que supieron cubrir cátedras, crear centros de investigación y renovar instituciones en distintos puntos del país. El naturalista y discípulo de Alexander von Humboldt, Hermann Burmeister, fue una pieza clave en este sentido. Detrás de su figura y bajo la anuencia de Domingo Faustino Sarmiento se creó la actual Academia Nacional de Ciencias (1869) y se incentivó el arribo de científicos hacia la Universidad Nacional de Córdoba, como el geólogo Luis Brackebusch. Tan solo unos años después Robert Lehmann-Nitsche y Johannes Franz Hartmann trabajaron en la Universidad Nacional de La Plata, mientras que Christfried Jakob impulsó la neurociencia en el país como profesor en distintas cátedras universitarias e instituciones, como los Hospitales Borda y Moyano. Enrique Klein, por su parte, promovió el mejoramiento genético del trigo en Argentina mediante su criadero.
Izquierda: Albert Einstein en Argentina. Fray Mocho (Nr. 675). 31 de marzo de 1925. Fuente: Ibero-Amerikanisches Institut - Preußischer Kulturbesitz. Derecha: Lámina III de la obra Genera et Species Plantarum Argentinarum reproducida por el litógrafo alemán Guillermo Kraft. En Guillermo Kraft en su 80 aniversario 1864-1944, Kraft, 1944.